Tías buenas

Amigas, yo no sé si vosotras tenéis algún tipo de cliente, que decore su oficina con posters a tamaño natural, de tías buenas desnudas, lamentablemente…yo sí.

La primera vez que vi este tipo de decoración, me quedé pasmada pero la verdad, es que con el tiempo, le he ido quitando importancia al asunto.

Incluso inconscientemente valoro: operada, ya podía haberse puesto unas braguitas más monas, que guapa, que fea, esto es un tío, aunque la mayoría de las veces lo que pienso es: “Que barbaridad que tamaño”…para que veáis que soy campechana.

Hasta que un día, visitando a un cliente de una fábrica de piensos de Ciudad Real, después de recorrer las instalaciones, hablar del ruinoso estado de la agricultura, ganadería en España etc, pasamos a su oficina y se sentó dejando a su espalda y frente a mí, una pared con la siguiente decoración: ATENCIÓN AMIGAS!!!

Unos ocho posters de las consabidas tías buenas pero con la particularidad de que en el centro (lo cortés no quita lo valiente) había una imagen del sagrado Corazón.

Ahí, es cuando perdí el hilo de la fluctuación de los cereales en el mercado.

Intentaba concentrarme en la conversación pero mis ojos no podían dejar de mirar al Sagrado Corazón que me miraba con cara de que hago yo aquí, y yo, en silencio, le contestaba: mmm …. no doy crédito.

No recuerdo nada más, no sé si le interesaba o no nuestra sal, ni si me pidió precio (si es así, nunca se lo di), no recuerdo su cara, ni el nombre de la fábrica, ni siquiera el pueblo.

Y es que, hay imágenes que destruyen neuronas, estoy convencida..buuuaaaa me vais a perdonar si no adjunto foto ,snif.

Sufrida comercial M

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